Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Macabeos 3:26-33 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

26. También se les aparecieron dos jóvenes de extraordinaria fuerza y hermosura, magníficamente vestidos que, puestos cada uno a un lado de Heliodoro, lo castigaron azotándolo sin tregua.

27. Heliodoro cayó a tierra, rodeado de profundas tinieblas, pero en seguida lo levantaron y se lo llevaron en una camilla.

28. De esta forma, el que poco antes había entrado en el tesoro acompañado de gran séquito y fuerte escolta, hubo de ser transportado incapaz de valerse por sí mismo. Todos reconocieron, entonces, el evidente poder de Dios.

29. Mientras Heliodoro, mudo y sin esperanzas de recuperación, yacía derribado por el poder divino,

30. los judíos daban gracias al Señor que había glorificado su propio lugar. El Templo, donde poco antes reinaba el miedo y la consternación, ahora se veía lleno de alegría y júbilo por la manifestación del Señor todopoderoso.

31. Muy pronto, los compañeros de Heliodoro corrieron a pedir a Onías que invocara al Altísimo para que perdonase la vida al que estaba a punto de fallecer.

32. El sumo sacerdote, temiendo que el rey sospechara que Heliodoro había sufrido un atentado a manos de los judíos, ofreció un sacrificio por su curación.

33. Y sucedió que mientras el sumo sacerdote ofrecía aquel sacrificio por el pecado, los mismos jóvenes con los mismos vestidos se presentaron de nuevo a Heliodoro y, puestos de pie, le dijeron:— Da muchas gracias al sumo sacerdote Onías, pues el Señor te ha perdonado la vida porque él ha intercedido en tu favor.

Leer capítulo completo 2 Macabeos 3