7. Así murió el malvado Menelao, sin ni siquiera recibir sepultura en la tierra.
8. Ese castigo fue el que merecían sus muchos delitos cometidos contra el altar, cuyo fuego y ceniza son sagrados. Y de esa forma encontró la muerte en la ceniza.
9. El rey seguía su marcha con la brutal intención de infligir a los judíos mayores sufrimientos que los causados por su padre.
10. Cuando Judas lo supo, ordenó a los suyos que invocaran al Señor día y noche, para que siguiera ayudándolos y no quedaran privados de la ley, la patria y el santo Templo;
11. y también para que el pueblo, que comenzaba a reanimarse, no cayera en manos de paganos blasfemos.
12. De modo unánime cumplieron todos la orden y, durante tres días, no dejaron de rogar al Señor entre lamentos, ayunos y oraciones. Entonces Judas los exhortó y les mandó que se mantuvieran junto a él.
13. Después de haberse reunido en consulta con los ancianos, decidió tomar la iniciativa, con la ayuda del Señor, y no esperar a que las tropas del rey invadieran Judea y se apoderasen de Jerusalén.
14. Confiando toda la campaña al Creador del universo, y después de haber animado a sus soldados a luchar con valor hasta la muerte por las leyes, el Templo, la ciudad, la patria y las propias costumbres, montó el campamento en las inmediaciones de la ciudad de Modín.
15. Dio a sus soldados esta contraseña: “Victoria de Dios”; acto seguido, llevando consigo un grupo de jóvenes valerosos, atacó durante la noche el campamento del rey. Allí mató a unos dos mil soldados y al más grande de los elefantes con todos los que llevaba encima.
16. Finalmente se retiraron victoriosos, dejando el campamento lleno de espanto y confusión.
17. Al amanecer el nuevo día, todo había terminado gracias a la ayuda que Dios prestó a Judas.
18. Al ver el valor de los judíos, el rey intentó apoderarse con astucia de sus fortalezas.
19. Se aproximó a Betsur, la plaza fuerte judía; pero fue rechazado, puesto en fuga y vencido.
20. Judas envió provisiones a la guarnición sitiada.