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2 Macabeos 12:29-42 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

29. Luego se pusieron nuevamente en marcha y se dirigieron a Escitópolis, ciudad distante de Jerusalén unos ciento diez kilómetros.

30. Pero como los judíos allí residentes atestiguaron que los habitantes de Escitópolis los habían tratado con benevolencia y los habían favorecido en situaciones precarias,

31. Judas y sus compañeros les dieron las gracias y los exhortaron a seguir manteniendo buenas relaciones con los judíos. Después regresaron a Jerusalén, porque ya se acercaba la fiesta de las Semanas.

32. Pasada la fiesta de Pentecostés, se pusieron en marcha contra Gorgias, gobernador de Idumea,

33. el cual se presentó a combate con tres mil soldados de infantería y cuatrocientos de caballería.

34. En la batalla cayeron algunos judíos.

35. Un tal Dositeo, un valiente jinete de los hombres de Bacenor, agarró a Gorgias por el manto y comenzó a arrastrarlo, intentando capturar vivo a aquel criminal. Pero un jinete tracio se arrojó contra Dositeo y le cortó el brazo por el hombro, de modo que Gorgias logró escapar a la ciudad de Maresá.

36. A causa del largo tiempo de combate, los soldados mandados por Esdrías estaban extenuados. Por eso Judas suplicó al Señor que se manifestara en su favor y los dirigiera en la batalla.

37. Luego entonó himnos en su lengua materna, lanzó un grito de guerra y, cayendo por sorpresa sobre las huestes de Gorgias, las derrotó.

38. Judas reunió sus tropas y se dirigió a la ciudad de Adulán. Como ya estaban cerca del séptimo día de la semana, se purificaron conforme a los ritos acostumbrados y celebraron allí el sábado.

39. Dado que el tiempo apremiaba, los soldados de Judas salieron al día siguiente a recoger los cuerpos de los que habían caído en la lucha, con el fin de sepultarlos junto a sus parientes en los sepulcros de sus antepasados.

40. Pero entonces encontraron que, debajo de la ropa de los muertos, había objetos consagrados a los ídolos de Yamnia, cosa que la ley prohíbe a los judíos. De esta manera se hizo evidente la causa de su muerte.

41. Todos bendijeron al Señor, el juez justo que pone en claro aquello que quiere encubrirse,

42. y le suplicaron que les perdonara todo pecado cometido. El esforzado Judas exhortó a todos a que se mantuvieran limpios de pecado, puesto que con sus propios ojos acababan de ver cómo algunos habían caído en la lucha a causa de su pecado.

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