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2 Crónicas 18:23-34 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

23. Entonces Sedecías, el hijo de Quenaná, se acercó a Miqueas, le dio una bofetada y le dijo:— ¿Es que me ha abandonado el espíritu del Señor para hablarte a ti?

24. Miqueas le respondió:— Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de casa en casa.

25. Entonces el rey de Israel ordenó:— Agarren a Miqueas, entréguenselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y al príncipe Joel

26. y díganles: “El rey ha ordenado que lo metan en la cárcel y que le racionen el pan y el agua hasta que el rey regrese sano y salvo”.

27. Miqueas le dijo:— Si consigues regresar sano y salvo, es que el Señor no ha hablado por mi boca.

28. El rey de Israel y Josafat, el rey de Judá, fueron a atacar Ramot de Galaad.

29. El rey de Israel dijo a Josafat:— Yo voy a disfrazarme para entrar en combate, pero tú conserva tus vestiduras reales.Así que el rey de Israel entró en combate disfrazado.

30. El rey de Siria había ordenado a sus jefes de carros que no atacasen ni a soldados ni a oficiales; sólo al rey de Israel.

31. Cuando los jefes de carros vieron a Josafat creyeron que se trataba del rey de Israel y se dispusieron a atacarlo; pero Josafat se puso a gritar y el Señor lo ayudó, apartándolos de él,

32. pues cuando los jefes de los carros se dieron cuenta de que no era el rey de Israel, dejaron de perseguirlo.

33. Entonces un soldado lanzó una flecha al azar que hirió al rey de Israel, entrando por las juntas de la coraza. Inmediatamente el rey ordenó al conductor de su carro:— Da la vuelta y sácame del campo de batalla, que estoy herido.

34. Pero en aquel momento la batalla se recrudeció tanto, que el rey tuvo que aguantar en su carro haciendo frente a los sirios hasta el atardecer, y a la caída del sol murió.

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