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1 Reyes 22:13-27 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

13. Mientras, el mensajero que había ido a llamar a Miqueas le decía:— Ten en cuenta que los profetas están anunciado unánimemente la victoria al rey; procura, pues, que tu profecía coincida también con la suya y anuncia la victoria.

14. Miqueas contestó:— ¡Juro por el Señor que sólo anunciaré lo que me diga el Señor!

15. Cuando llegó ante el rey, este le preguntó:— Miqueas, ¿puedo ir a atacar Ramot de Galaad o no?Él le contestó:— Ataca, que tendrás éxito, pues el Señor te la entregará.

16. Pero el rey le dijo:— ¿Cuántas veces tendré que pedirte bajo juramento que me digas sólo la verdad en nombre del Señor?

17. Entonces Miqueas dijo:— He visto a todo Israel disperso por los montes como un rebaño sin pastor y el Señor decía: No tienen dueño; que vuelvan en paz a sus casas.

18. El rey de Israel dijo a Josafat:— ¿Qué te decía yo? No me profetiza venturas, sino desgracias.

19. Miqueas añadió:— Por eso, escucha esta palabra de parte del Señor: He visto al Señor sentado en su trono y toda la corte celeste estaba de pie ante él, a derecha e izquierda.

20. El Señor preguntó: “¿Quién confundirá a Ajab para que ataque a Ramot de Galaad y perezca?”.Unos decían una cosa y otros, otra.

21. Entonces un espíritu se presentó ante el Señor y le dijo: “Yo lo confundiré”. Y el Señor preguntó: “¿Cómo lo harás?”.

22. El espíritu respondió: “Iré y me convertiré en espíritu de mentira en boca de todos sus profetas”. El Señor le dijo: “¡Conseguirás confundirlo! Vete y hazlo así”.

23. Así que ahora ya sabes que el Señor ha inspirado mentiras a todos estos profetas tuyos y ha anunciado tu desgracia.

24. Entonces Sedecías, el hijo de Quenaná, se acercó a Miqueas, le dio una bofetada y le dijo:— ¿Es que me ha abandonado el espíritu del Señor para hablarte a ti?

25. Miqueas le respondió:— Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de casa en casa.

26. Entonces el rey de Israel ordenó:— Apresen a Miqueas, entréguenselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y al príncipe Joel

27. y díganles: “El rey ha ordenado que lo metan en la cárcel y que le racionen el pan y el agua hasta que el rey regrese sano y salvo”.

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