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1 Reyes 1:1-17 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

1. El rey David era ya un anciano entrado en años y, aunque lo cubrían con mantas, no entraba en calor.

2. Entonces sus servidores le dijeron:— Hay que buscar a nuestro señor, el rey, una muchacha virgen que lo atienda, lo cuide y duerma a su lado para que nuestro señor el rey entre en calor.

3. Buscaron una muchacha hermosa por todo el territorio de Israel, encontraron a Abisag la sunamita y se la llevaron al rey.

4. La muchacha, que era muy hermosa, cuidaba al rey y lo servía; pero el rey no tuvo relaciones con ella.

5. Adonías, hijo de Jaguit, presumiendo de que él sería el rey, se procuró un carro, caballos y una escolta de cincuenta hombres.

6. Su padre David nunca le había regañado ni le pedía cuentas de lo que hacía, pues había nacido después de Absalón y era también muy atractivo.

7. Adonías se había confabulado con Joab, el hijo de Seruyá, y con el sacerdote Abiatar, que secundaban sus propósitos.

8. En cambio, el sacerdote Sadoc, Benaías, el hijo de Joyadá, el profeta Natán, Simeí, Reí y los valientes de David no estaban a favor de Adonías.

9. Un día Adonías fue a sacrificar corderos, toros y terneros cebados a la piedra de Zojélet, cerca de la fuente de Roguel. Invitó al sacrificio a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los hombres de Judá que estaban al servicio del rey;

10. pero no invitó al profeta Natán, ni a Benaías, ni a los paladines, ni a su hermano Salomón.

11. Entonces Natán dijo a Betsabé, la madre de Salomón:— ¿No has oído que Adonías, el hijo de Jaguit, se ha proclamado rey sin que lo sepa David, nuestro señor?

12. Ahora voy a darte un consejo, para que puedas salvar tu vida y la de tu hijo Salomón.

13. Preséntate ante el rey David y dile: “Majestad, tú juraste a una servidora que mi hijo Salomón te sucedería como rey y se sentaría en tu trono. ¿Por qué, entonces, se ha proclamado rey Adonías?”.

14. Y mientras estés tú allí hablando con el rey, yo entraré detrás y confirmaré tus palabras.

15. Inmediatamente Betsabé se presentó en la alcoba real. El rey estaba muy viejo, atendido por Abisag, la sunamita.

16. Betsabé se inclinó ante el rey y le hizo una reverencia. El rey le preguntó:— ¿Qué quieres?

17. Ella le respondió:— Señor, tú le juraste a tu servidora por el Señor, tu Dios, que mi hijo Salomón te sucedería como rey y se sentaría en tu trono;

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