58. Así pues, ofrezcamos nuestra mano a esa gente y hagamos la paz con ellos y con toda su nación.
59. Dejemos que sigan con sus costumbres tradicionales, porque ellos se han irritado y han hecho todo esto porque nosotros hemos tratado de abolirlas.
60. Al rey, y también a los jefes, les agradó la propuesta; así que enviaron una oferta de paz a los sitiados. Estos la aceptaron,
61. comprometiéndose con juramento el rey y los jefes. Con esta garantía salieron los sitiados de la fortaleza.
62. Pero más tarde, cuando el rey subió al monte Sión y vio las fortificaciones que había en aquel lugar, mandó derribar el muro que lo rodeaba. De esta forma violó su juramento.
63. En seguida volvió a Antioquía, donde encontró a Filipo dueño ya de la ciudad: lo atacó, y ocupó la ciudad por la fuerza.