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1 Macabeos 6:39-55 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

39. Cuando brillaba el sol sobre el oro y el bronce de los escudos, las montañas relucían con sus reflejos como si fueran antorchas encendidas.

40. Una fracción del ejército del rey se desplegó sobre las cumbres de las montañas; la otra se quedó en la parte baja, avanzando todos con seguridad y ordenadamente.

41. Al oír el ruido de aquella muchedumbre en marcha, y el fragor de sus armas, los israelitas temblaron de espanto, pues era aquel un ejército enorme y poderoso.

42. Pero Judas avanzó también con sus tropas para presentar batalla y cayeron seiscientos hombres del ejército del rey.

43. Eleazar, también llamado Avarán, vio un elefante que iba protegido con una armadura real y que sobresalía por encima de los demás. Pensando que sería el del rey,

44. entregó su propia vida para salvar a su pueblo y alcanzar fama inmortal.

45. Echó, pues, a correr valerosamente hacia el elefante por en medio del batallón matando gente a derecha e izquierda. De ese modo se abrió paso a uno y otro lado,

46. hasta que consiguió ponerse debajo del elefante al que atacó y mató. Pero el animal, al desplomarse, cayó sobre Eleazar, que murió allí mismo.

47. Los israelitas, al ver el poderío del rey y el ímpetu con que su ejército atacaba, se retiraron.

48. El ejército real subió hasta Jerusalén en su persecución, tomando posiciones contra Judea y el monte Sión.

49. Hizo la paz con los de Betsur, que salieron de la ciudad porque no disponían de víveres para resistir el cerco. Además aquel era un año sabático para la tierra.

50. De esta forma el rey se apoderó de Betsur y puso allí una guarnición para defenderla.

51. Después puso sitio al Templo a lo largo de muchos días. Levantó plataformas de tiro y máquinas de guerra: lanzafuegos, catapultas, ballestas y hondas.

52. Por su parte, también los israelitas construyeron máquinas de guerra para contraatacar a sus enemigos, contra quienes lucharon durante mucho tiempo.

53. Pero los almacenes estaban vacíos de provisiones, porque aquel era un año sabático, y porque los israelitas llegados a Judea de naciones paganas habían acabado con todas las reservas.

54. Así que en el Templo quedaron pocos hombres, pues el hambre había obligado a los demás a dispersarse cada cual por su lado.

55. El rey Antíoco, antes de morir, había encomendado a Filipo que educara a su hijo Antíoco preparándole para ocupar el trono. Pero Lisias se enteró de que Filipo

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