18. Judas les respondió:— No es imposible que una muchedumbre caiga en manos de unos pocos, pues Dios lo mismo puede salvar con muchos que con pocos:
19. en una batalla, la victoria no depende del número de soldados, sino del poder que viene del cielo.
20. Ellos, llenos de soberbia e impiedad, vienen a atacarnos con la intención de matarnos a nosotros, a nuestras mujeres y a nuestros niños, pretendiendo apoderarse de todo lo que tenemos;
21. pero nosotros vamos a luchar por nuestra vida y nuestras leyes.
22. ¡No les tengan miedo, porque Dios los destruirá ante nuestros propios ojos!
23. Apenas cesó de hablar, se lanzó por sorpresa contra sus enemigos y derrotó a Serón con todo su ejército.
24. Luego los persiguieron por la cuesta de Betorón hasta la llanura, haciendo que cayeran unos ochocientos hombres; los demás huyeron al país de los filisteos.
25. El temor a Judas y a sus hermanos comenzó a apoderarse de las naciones vecinas, que pronto se llenaron de pánico.
26. Su fama llegó a oídos del rey, y en todas las naciones se comentaban las victorias de Judas.
27. Al enterarse Antíoco de lo que estaba sucediendo, montó en cólera y mandó que se reunieran todas las fuerzas armadas de su reino, tratando de organizar un ejército en extremo poderoso.
28. Abrió su tesoro y pagó a las tropas el salario de un año, ordenándoles que se preparasen para cualquier eventualidad.
29. Pero entonces advirtió que el dinero del tesoro se había acabado y que, a causa de las disensiones y los conflictos que él mismo había provocado al suprimir las costumbres vigentes desde tiempos inmemoriales, no bastaban los impuestos de la región.