5. Por eso, yo ratifico ahora todas las exenciones tributarias y cuantos otros privilegios te otorgaron mis predecesores;
6. y te autorizo también a que acuñes moneda propia, de curso legal en tu país.
7. Jerusalén y el Templo serán libres, y todo el armamento que has fabricado, así como las fortalezas que has construido y que ocupas, seguirán siendo tuyas.
8. Cualquier deuda que tengas contraída con el tesoro real, incluidas las que en el futuro puedas contraer, quedan canceladas desde ahora y para siempre.
9. Y cuando hayamos recuperado nuestro reino, te colmaremos de tantos honores a ti, a tu pueblo y al Templo, que la gloria de ustedes será conocida en toda la tierra”.
10. En el año ciento setenta y cuatro se dirigió Antíoco a la tierra de sus antepasados. Todas las tropas se pasaron a su lado, de modo que fueron muy pocos los que quedaron con Trifón.
11. Antíoco lo persiguió, y Trifón se refugió en la ciudad costera de Dor,
12. pues al ver que sus tropas lo habían abandonado, comprendió que muchas calamidades caerían sobre él.
13. Antíoco acampó frente a Dor, con ciento veinte mil soldados de infantería y ocho mil de caballería.
14. Cercó con sus tropas la ciudad, al tiempo que las naves se acercaban a ella por el mar; de este modo, la ciudad quedó sitiada por tierra y por mar; nadie podía entrar ni salir de ella.
15. Mientras tanto, Numenio y sus compañeros regresaron de Roma. Traían cartas para los diversos reyes y países, en las cuales se decía:
16. “Lucio*, cónsul de los romanos, saluda al rey Tolomeo.
17. El sumo sacerdote Simón y el pueblo judío, amigos nuestros y aliados, nos han enviado una embajada con la misión de renovar nuestra antigua amistad y nuestro pacto.