3. Cierta gente malvada se ha apoderado del reino de nuestros antepasados; pero yo estoy dispuesto a recobrarlo y a restablecer la situación anterior. Esa es la razón por la cual he organizado un gran ejército y he equipado naves de guerra;
4. quiero desembarcar en el país y castigar a los que redujeron a ruinas nuestra patria y asolaron muchas ciudades de mi reino.
5. Por eso, yo ratifico ahora todas las exenciones tributarias y cuantos otros privilegios te otorgaron mis predecesores;
6. y te autorizo también a que acuñes moneda propia, de curso legal en tu país.
7. Jerusalén y el Templo serán libres, y todo el armamento que has fabricado, así como las fortalezas que has construido y que ocupas, seguirán siendo tuyas.
8. Cualquier deuda que tengas contraída con el tesoro real, incluidas las que en el futuro puedas contraer, quedan canceladas desde ahora y para siempre.
9. Y cuando hayamos recuperado nuestro reino, te colmaremos de tantos honores a ti, a tu pueblo y al Templo, que la gloria de ustedes será conocida en toda la tierra”.
10. En el año ciento setenta y cuatro se dirigió Antíoco a la tierra de sus antepasados. Todas las tropas se pasaron a su lado, de modo que fueron muy pocos los que quedaron con Trifón.
11. Antíoco lo persiguió, y Trifón se refugió en la ciudad costera de Dor,
12. pues al ver que sus tropas lo habían abandonado, comprendió que muchas calamidades caerían sobre él.
13. Antíoco acampó frente a Dor, con ciento veinte mil soldados de infantería y ocho mil de caballería.