44. Le dijo a Jonatán:— ¿Para qué has movilizado a toda esa gente, si no hay guerra entre nosotros?
45. Mándalos ahora que regresen a sus casas, quédate con unos cuantos que te acompañen y ven conmigo a Tolemaida. Yo te entregaré la ciudad y el resto de las fortalezas, así como las tropas y todos los funcionarios. Luego regresaré, porque tan sólo he venido para esto.
46. Jonatán le creyó, e hizo lo que él le había dicho: despidió a sus tropas, que se volvieron a Judea.
47. Se quedó con tres mil soldados, de los cuales dejó dos mil en Galilea y únicamente mil lo acompañaron.
48. Pero apenas Jonatán había entrado en Tolemaida, sus habitantes cerraron las puertas, lo capturaron y mataron a filo de espada a todos los que iban con él.
49. Luego Trifón envió el ejército y la caballería a la gran llanura de Galilea para exterminar a todos los hombres de Jonatán.
50. Pero estos, al darse cuenta de que Jonatán había sido apresado y que había muerto con todos los que lo acompañaban, se animaron mutuamente y, avanzando en filas compactas, se aprestaron a combatir.
51. Sus perseguidores, viéndolos resueltos a luchar hasta la muerte, emprendieron la retirada.
52. De esa manera regresaron todos a Judea sanos y salvos; allí, llenos de aflicción, lloraron a Jonatán y a sus compañeros. En Israel se hizo un gran duelo.
53. Todos los pueblos vecinos trataron entonces de exterminar a los judíos, pues decían:— ¡Ya no tienen jefe ni nadie que venga en su ayuda! ¡Ahora es la ocasión de luchar contra ellos y borrar su memoria de entre el género humano!