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1 Macabeos 11:37-55 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

37. Ahora, pues, que se haga una copia de este decreto y se le dé a Jonatán, para que la exponga en lugar visible, en el monte santo”.

38. El rey Demetrio, viendo que el país estaba tranquilo y que nadie le oponía resistencia, licenció a todas sus tropas. Todos se volvieron a sus casas, salvo los mercenarios reclutados en las islas paganas, lo cual provocó la hostilidad de las fuerzas reclutadas por sus antepasados.

39. Entonces un tal Trifón, que antes había sido partidario de Alejandro, al darse cuenta de que todas las tropas murmuraban contra Demetrio, se entrevistó con un árabe llamado Imalcué, que había sido preceptor de Antíoco, el hijo menor de Alejandro, y

40. lo presionó para que le entregara al niño, a fin de que reinara en lugar de su padre. Lo puso al corriente de todo lo que Demetrio había hecho y del odio que había despertado en sus soldados, y se quedó allí mucho tiempo.

41. Entre tanto, Jonatán le pidió al rey Demetrio que retirara las guarniciones de la ciudadela de Jerusalén y del resto de las fortalezas, porque no cesaban de hostigar a Israel.

42. Demetrio le respondió:— No sólo voy a hacer esto en favor tuyo y de tu nación, sino que los colmaré de honores en cuanto se presente la oportunidad.

43. Pero de momento, lo que debes hacer es enviarme soldados que vengan en mi auxilio, porque todas mis tropas han desertado.

44. Jonatán le envió a Antioquía tres mil soldados fuertes y valientes, de cuya llegada se alegró mucho el rey.

45. Pero los habitantes de la ciudad, que eran unos ciento veinte mil hombres, se amotinaron en el centro de ella con el propósito de matar al rey.

46. El rey se refugió en su palacio, en tanto que las gentes de la ciudad ocupaban las calles y comenzaban la lucha.

47. El rey pidió entonces a los judíos que acudieran en su ayuda; y todos ellos, agrupándose en seguida a su lado y dispersándose luego por la ciudad, mataron aquel día unas cien mil personas.

48. Luego prendieron fuego a la ciudad y la saquearon. De ese modo salvaron al rey.

49. Cuando los habitantes de la ciudad vieron que los judíos se habían apoderado de ella por entero, se acobardaron y suplicaron a gritos al rey:

50. — ¡Hagamos las paces! ¡Que los judíos dejen de luchar contra nosotros y contra la ciudad!

51. Depusieron las armas, e hicieron la paz. En cuanto a los judíos, cubiertos de gloria ante los ojos del rey y ante todo su reino, se volvieron a Jerusalén con un enorme botín.

52. Pero sucedió que cuando Demetrio se afianzó en su trono y el país recobró la tranquilidad,

53. el rey no cumplió nada de lo que había prometido: no mantuvo su amistad con Jonatán ni le recompensó los servicios prestados, sino que le causó grandes trastornos.

54. Pasado un cierto tiempo, regresó Trifón en compañía de Antíoco, que fue coronado rey siendo todavía muy joven.

55. Todas las tropas que Demetrio había licenciado se reunieron en torno al nuevo rey y lucharon contra Demetrio, que fue derrotado y se vio obligado a huir.

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