Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Romanos 14:4-14 La Biblia De Las Americas (LBLA)

4. ¿Quién eres tú para juzgar al criado de otro? Para su propio amo está en pie o cae, y en pie se mantendrá, porque poderoso es el Señor para sostenerlo en pie.

5. Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir.

6. El que guarda cierto día, para el Señor lo guarda; y el que come, para el Señor come, pues da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y da gracias a Dios.

7. Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo;

8. pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos; por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.

9. Porque para esto Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos.

10. Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O también, tú, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios.

11. Porque está escrito: Vivo yo--dice el Señor-- que ante mi se doblara toda rodilla, y toda lengua alabaraa Dios.

12. De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo.

13. Por consiguiente, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidid esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano.

14. Yo sé, y estoy convencido en el Señor Jesús, de que nada es inmundo en sí mismo; pero para el que estima que algo es inmundo, para él lo es.

Leer capítulo completo Romanos 14