20. No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. En realidad, todas las cosas son limpias, pero son malas para el hombre que escandaliza a otro al comer.
21. Es mejor no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece.
22. La fe que tú tienes, tenla conforme a tu propia convicción delante de Dios. Dichoso el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.
23. Pero el que duda, si come se condena, porque no lo hace por fe; y todo lo que no procede de fe, es pecado.