42. Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si ésta no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
43. Y vino otra vez y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban cargados de sueño.
44. Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, diciendo otra vez las mismas palabras.
45. Entonces vino a los discípulos y les dijo: ¿Todavía estáis durmiendo y descansando? He aquí, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.
46. ¡Levantaos! ¡Vamos! Mirad, está cerca el que me entrega.