22. Enseguida hizo que los discípulos subieran a la barca y fueran delante de El a la otra orilla, mientras El despedía a la multitud.
23. Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo.
24. Pero la barca estaba ya a muchos estadios de tierra, y era azotada por las olas, porque el viento era contrario.
25. Y a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
26. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar.
27. Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis.