3. Al oír hablar de Jesús, el centurión envió a El unos ancianos de los judíos, pidiéndole que viniera y salvara a su siervo.
4. Cuando ellos llegaron a Jesús, le rogaron con insistencia, diciendo: El centurión es digno de que le concedas esto;
5. porque él ama a nuestro pueblo y fue él quien nos edificó la sinagoga.
6. Jesús iba con ellos, pero cuando ya no estaba lejos de la casa, el centurión envió a unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes más, porque no soy digno de que entres bajo mi techo;
7. por eso ni siquiera me consideré digno de ir a ti, tan sólo di la palabra y mi siervo será sanado.