8. Vuelven su lengua tropezadero contra sí mismos; todos los que los vean menearán la cabeza.
9. Entonces todos los hombres temerán, y declararán la obra de Dios, y considerarán sus hechos.
10. El justo se alegrará en el Señor, y en El se refugiará; y todos los rectos de corazón se gloriarán.