1. A ti, oh Señor, elevo mi alma.
2. Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, que no se regocijen sobre mí mis enemigos.
3. Ciertamente ninguno de los que esperan en ti será avergonzado; sean avergonzados los que sin causa se rebelan.
4. Señor, muéstrame tus caminos, y enséñame tus sendas.
5. Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti espero todo el día.
6. Acuérdate, oh Señor, de tu compasión y de tus misericordias, que son eternas.