1. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?
2. Dios mío, de día clamo y no respondes; y de noche, pero no hay para mí reposo.
3. Sin embargo, tú eres santo, que habitas entre las alabanzas de Israel.
4. En ti confiaron nuestros padres; confiaron, y tú los libraste.
5. A ti clamaron, y fueron librados; en ti confiaron, y no fueron decepcionados.
6. Pero yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
7. Todos los que me ven, de mí se burlan; hacen muecas con los labios, menean la cabeza, diciendo:
8. Que se encomiende al Señor; que El lo libre, que El lo rescate, puesto que en El se deleita.
9. Porque tú me sacaste del seno materno; me hiciste confiar desde los pechos de mi madre.
10. A ti fui entregado desde mi nacimiento; desde el vientre de mi madre tú eres mi Dios.