1. El justo perece, y no hay quien se preocupe; los hombres piadosos son arrebatados, sin que nadie comprenda que ante el mal es arrebatado el justo,
2. y entra en la paz. Descansan en sus lechos, los que andan en su camino recto.
3. Mas vosotros venid acá, hijos de hechicera, descendientes de adúltero y ramera.
4. ¿De quién os burláis? ¿Contra quién abrís la boca y sacáis la lengua? ¿No sois vosotros hijos de rebeldía, descendientes de la mentira;