39. Así se apareaban los rebaños junto a las varas; y los rebaños tenían crías rayadas, moteadas y manchadas.
40. Y Jacob apartó los corderos, y puso los rebaños en dirección a lo rayado y a todo lo negro en el rebaño de Labán, y puso su propio hato aparte; no lo puso con el rebaño de Labán.
41. Además, sucedía que cada vez que los más robustos del rebaño se apareaban, Jacob ponía las varas a la vista del rebaño en los canales, para que se aparearan frente a las varas;
42. pero cuando el rebaño era débil, no las ponía, de manera que las crías débiles vinieron a ser de Labán y las robustas de Jacob.
43. Así prosperó el hombre en gran manera, y tuvo grandes rebaños, y siervas y siervos, y camellos y asnos.