64. Además, el Señor te dispersará entre todos los pueblos de un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra; y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres habéis conocido.
65. Y entre esas naciones no hallarás descanso, y no habrá reposo para la planta de tu pie, sino que allí el Señor te dará un corazón temeroso, desfallecimiento de ojos y desesperación de alma.
66. Y tendrás la vida pendiente de un hilo; y estarás aterrado de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.
67. Por la mañana dirás: "¡Oh, si fuera la tarde!" Y por la tarde dirás: "¡Oh, si fuera la mañana!" por causa del espanto de tu corazón con que temerás y por lo que verán tus ojos.
68. Y te hará volver el Señor a Egipto en naves, por el camino del cual yo te había dicho: "Nunca más volverás a verlo." Y allí os ofreceréis en venta como esclavos y esclavas a vuestros enemigos, pero no habrá comprador.