33. Dios es mi fortaleza poderosa, y el que pone al íntegro en su camino.
34. El hace mis pies como de ciervas, y me afirma en mis alturas.
35. El adiestra mis manos para la batalla, y mis brazos para tensar el arco de bronce.
36. Tú me has dado también el escudo de tu salvación, y tu ayuda me engrandece.
37. Ensanchas mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado.
38. Perseguí a mis enemigos y los destruí, y no me volví hasta acabarlos.
39. Los he consumido y los he destrozado, y no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis pies.
40. Pues tú me has ceñido con fuerza para la batalla; has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.
41. También has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, y destruí a los que me odiaban.
42. Clamaron, mas no hubo quién los salvara; aun al Señorclamaron, mas no les respondió.
43. Entonces los pulvericé, como polvo de la tierra, como lodo de las calles los trituré y los pisé.
44. Tú me has librado también de las contiendas de mi pueblo; me has guardado para ser cabeza de naciones; pueblo que yo no conocía me sirve.
45. Los extranjeros me fingen obediencia, al oírme, me obedecen.
46. Los extranjeros desfallecen, y salen temblando de sus fortalezas.