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San Mateo 9:6-21 Dios Habla Hoy (DHH)

6. Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.Entonces le dijo al paralítico:—Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

7. El paralítico se levantó y se fue a su casa.

8. Al ver esto, la gente tuvo miedo y alabó a Dios por haber dado tal poder a los hombres.

9. Jesús se fue de allí y vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:—Sígueme.Entonces Mateo se levantó y lo siguió.

10. Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos de los que cobraban impuestos para Roma, y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa junto con Jesús y sus discípulos.

11. Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:—¿Cómo es que su maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?

12. Jesús lo oyó y les dijo:—Los que están buenos y sanos no necesitan médico, sino los enfermos.

13. Vayan y aprendan el significado de estas palabras: “Lo que quiero es que sean compasivos, y no que ofrezcan sacrificios.” Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.

14. Los seguidores de Juan el Bautista se acercaron a Jesús y le preguntaron:—Nosotros y los fariseos ayunamos mucho, ¿por qué tus discípulos no ayunan?

15. Jesús les contestó:—¿Acaso pueden estar tristes los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? Pero llegará el momento en que se lleven al novio; entonces sí ayunarán.

16. «Nadie arregla un vestido viejo con un remiendo de tela nueva, porque el remiendo nuevo se encoge y rompe el vestido viejo, y el desgarrón se hace mayor.

17. Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, porque los cueros se revientan, y tanto el vino como los cueros se pierden. Por eso hay que echar el vino nuevo en cueros nuevos, para que así se conserven las dos cosas.»

18. Mientras Jesús les estaba hablando, un jefe de los judíos llegó, se arrodilló ante él y le dijo:—Mi hija acaba de morir; pero si tú vienes y pones tu mano sobre ella, volverá a la vida.

19. Jesús se levantó, y acompañado de sus discípulos se fue con él.

20. Entonces una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con derrames de sangre, se acercó a Jesús por detrás y le tocó el borde de la capa.

21. Porque pensaba: «Tan sólo con que llegue a tocar su capa, quedaré sana.»

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