6. Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.Entonces le dijo al paralítico:—Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
7. El paralítico se levantó y se fue a su casa.
8. Al ver esto, la gente tuvo miedo y alabó a Dios por haber dado tal poder a los hombres.
9. Jesús se fue de allí y vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:—Sígueme.Entonces Mateo se levantó y lo siguió.
10. Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos de los que cobraban impuestos para Roma, y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa junto con Jesús y sus discípulos.
11. Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:—¿Cómo es que su maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?
12. Jesús lo oyó y les dijo:—Los que están buenos y sanos no necesitan médico, sino los enfermos.
13. Vayan y aprendan el significado de estas palabras: “Lo que quiero es que sean compasivos, y no que ofrezcan sacrificios.” Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
14. Los seguidores de Juan el Bautista se acercaron a Jesús y le preguntaron:—Nosotros y los fariseos ayunamos mucho, ¿por qué tus discípulos no ayunan?
15. Jesús les contestó:—¿Acaso pueden estar tristes los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? Pero llegará el momento en que se lleven al novio; entonces sí ayunarán.
16. «Nadie arregla un vestido viejo con un remiendo de tela nueva, porque el remiendo nuevo se encoge y rompe el vestido viejo, y el desgarrón se hace mayor.
17. Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, porque los cueros se revientan, y tanto el vino como los cueros se pierden. Por eso hay que echar el vino nuevo en cueros nuevos, para que así se conserven las dos cosas.»