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San Mateo 15:17-33 Dios Habla Hoy (DHH)

17. ¿No entienden que todo lo que entra por la boca va al vientre, para después salir del cuerpo?

18. Pero lo que sale de la boca viene del interior del hombre; y eso es lo que lo hace impuro.

19. Porque del interior del hombre salen los malos pensamientos, los asesinatos, el adulterio, la inmoralidad sexual, los robos, las mentiras y los insultos.

20. Estas cosas son las que hacen impuro al hombre; pero el comer sin cumplir con la ceremonia de lavarse las manos, no lo hace impuro.

21. Jesús se dirigió de allí a la región de Tiro y Sidón.

22. Y una mujer cananea, de aquella región, se le acercó, gritando:—¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! ¡Mi hija tiene un demonio que la hace sufrir mucho!

23. Jesús no le contestó nada. Entonces sus discípulos se acercaron a él y le rogaron:—Dile a esa mujer que se vaya, porque viene gritando detrás de nosotros.

24. Jesús dijo:—Dios me ha enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.

25. Pero la mujer fue a arrodillarse delante de él, diciendo:—¡Señor, ayúdame!

26. Jesús le contestó:—No está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros.

27. Ella le dijo:—Sí, Señor; pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.

28. Entonces le dijo Jesús:—¡Mujer, qué grande es tu fe! Hágase como quieres.Y desde ese mismo momento su hija quedó sana.

29. Jesús salió de allí y llegó a la orilla del Lago de Galilea; luego subió a un cerro y se sentó.

30. Mucha gente se reunió donde él estaba. Llevaban cojos, ciegos, mancos, mudos y otros muchos enfermos, que pusieron a los pies de Jesús, y él los sanó.

31. De modo que la gente estaba admirada al ver que los mudos hablaban, los mancos quedaban sanos, los cojos andaban y los ciegos podían ver. Y comenzaron a alabar al Dios de Israel.

32. Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo:—Siento compasión de esta gente, porque ya hace tres días que están aquí conmigo y no tienen nada que comer. No quiero mandarlos sin comer a sus casas, porque pueden desmayarse por el camino.

33. Sus discípulos le dijeron:—Pero ¿cómo podremos encontrar comida para tanta gente, en un lugar como éste, donde no vive nadie?

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