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San Marcos 10:19-35 Dios Habla Hoy (DHH)

19. Ya sabes los mandamientos: “No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie ni engañes; honra a tu padre y a tu madre.”

20. El hombre le dijo:—Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven.

21. Jesús lo miró con cariño, y le contestó:—Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme.

22. El hombre se afligió al oír esto; y se fue triste, porque era muy rico.

23. Jesús miró entonces alrededor, y dijo a sus discípulos:—¡Qué difícil va a ser para los ricos entrar en el reino de Dios!

24. Estas palabras dejaron asombrados a los discípulos, pero Jesús les volvió a decir:—Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios!

25. Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios.

26. Al oírlo, se asombraron más aún, y se preguntaban unos a otros:—¿Y quién podrá salvarse?

27. Jesús los miró y les contestó:—Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible.

28. Pedro comenzó a decirle:—Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos, y te hemos seguido.

29. Jesús respondió:—Les aseguro que cualquiera que por mi causa y por aceptar el evangelio haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o terrenos,

30. recibirá ahora en la vida presente cien veces más en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y terrenos, aunque con persecuciones; y en la vida venidera recibirá la vida eterna.

31. Pero muchos que ahora son los primeros, serán los últimos; y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros.

32. Se dirigían a Jerusalén, y Jesús caminaba delante de los discípulos. Ellos estaban asombrados, y los que iban detrás tenían miedo. Jesús volvió a llamar aparte a los doce discípulos, y comenzó a decirles lo que le iba a pasar:

33. «Como ustedes ven, ahora vamos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los extranjeros.

34. Se burlarán de él, lo escupirán, lo golpearán y lo matarán; pero tres días después resucitará.»

35. Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron:—Maestro, queremos que nos hagas el favor que vamos a pedirte.

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