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San Lucas 7:5-23 Dios Habla Hoy (DHH)

5. porque ama a nuestra nación y él mismo hizo construir nuestra sinagoga.

6. Jesús fue con ellos, pero cuando ya estaban cerca de la casa, el capitán mandó unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes, porque yo no merezco que entres en mi casa;

7. por eso, ni siquiera me atreví a ir en persona a buscarte. Solamente da la orden, para que sane mi criado.

8. Porque yo mismo estoy bajo órdenes superiores, y a la vez tengo soldados bajo mi mando. Cuando le digo a uno de ellos que vaya, va; cuando le digo a otro que venga, viene; y cuando mando a mi criado que haga algo, lo hace.»

9. Jesús se quedó admirado al oír esto, y mirando a la gente que lo seguía dijo:—Les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe como en este hombre.

10. Al regresar a la casa, los enviados encontraron que el criado ya estaba sano.

11. Después de esto, Jesús se dirigió a un pueblo llamado Naín. Iba acompañado de sus discípulos y de mucha gente.

12. Al llegar cerca del pueblo, vio que llevaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda. Mucha gente del pueblo la acompañaba.

13. Al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo:—No llores.

14. En seguida se acercó y tocó la camilla, y los que la llevaban se detuvieron. Jesús le dijo al muerto:—Joven, a ti te digo: ¡Levántate!

15. Entonces el que había estado muerto se sentó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a la madre.

16. Al ver esto, todos tuvieron miedo y comenzaron a alabar a Dios, diciendo:—Un gran profeta ha aparecido entre nosotros.También decían:—Dios ha venido a ayudar a su pueblo.

17. Y por toda Judea y sus alrededores se supo lo que había hecho Jesús.

18. Juan tuvo noticias de todas estas cosas, pues sus seguidores se las contaron. Llamó a dos de ellos

19. y los envió al Señor, a preguntarle si él era de veras el que había de venir o si debían esperar a otro.

20. Los enviados de Juan se acercaron, pues, a Jesús y le dijeron:—Juan el Bautista nos ha mandado a preguntarte si tú eres el que ha de venir, o si debemos esperar a otro.

21. En aquel mismo momento Jesús curó a muchas personas de sus enfermedades y sufrimientos, y de los espíritus malignos, y dio la vista a muchos ciegos.

22. Luego les contestó:—Vayan y díganle a Juan lo que han visto y oído. Cuéntenle que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de su enfermedad, los sordos oyen, los muertos vuelven a la vida y a los pobres se les anuncia la buena noticia.

23. ¡Y dichoso aquel que no pierda su fe en mí!

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