6. Cuando lo hicieron, recogieron tanto pescado que las redes se rompían.
7. Entonces hicieron señas a sus compañeros de la otra barca, para que fueran a ayudarlos. Ellos fueron, y llenaron tanto las dos barcas que les faltaba poco para hundirse.
8. Al ver esto, Simón Pedro se puso de rodillas delante de Jesús y le dijo:—¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!
9. Es que Simón y todos los demás estaban asustados por aquella gran pesca que habían hecho.
10. También lo estaban Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús le dijo a Simón:—No tengas miedo; desde ahora vas a pescar hombres.
11. Entonces llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y se fueron con Jesús.
12. Un día, estando Jesús en un pueblo, llegó un hombre enfermo de lepra; al ver a Jesús, se inclinó hasta el suelo y le rogó:—Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.
13. Jesús lo tocó con la mano, diciendo:—Quiero. ¡Queda limpio!Al momento se le quitó la lepra al enfermo,
14. y Jesús le ordenó:—No se lo digas a nadie; solamente ve y preséntate al sacerdote, y lleva por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que conste ante los sacerdotes.
15. Sin embargo, la fama de Jesús aumentaba cada vez más, y mucha gente se juntaba para oírlo y para que curara sus enfermedades.
16. Pero Jesús se retiraba a orar a lugares donde no había nadie.