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San Lucas 4:22-39 Dios Habla Hoy (DHH)

22. Todos hablaban bien de Jesús y estaban admirados de las cosas tan bellas que decía. Se preguntaban:—¿No es éste el hijo de José?

23. Jesús les respondió:—Seguramente ustedes me dirán este refrán: “Médico, cúrate a ti mismo.” Y además me dirán: “Lo que oímos que hiciste en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu propia tierra.”

24. Y siguió diciendo:—Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra.

25. Verdaderamente, había muchas viudas en Israel en tiempos del profeta Elías, cuando no llovió durante tres años y medio y hubo mucha hambre en todo el país;

26. pero Elías no fue enviado a ninguna de las viudas israelitas, sino a una de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón.

27. También había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero no fue sanado ninguno de ellos, sino Naamán, que era de Siria.

28. Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho.

29. Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús, llevándolo a lo alto del monte sobre el cual el pueblo estaba construido, para arrojarlo abajo desde allí.

30. Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue.

31. Jesús fue a Cafarnaúm, un pueblo de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente.

32. Y la gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque hablaba con plena autoridad.

33. En la sinagoga había un hombre que tenía un demonio o espíritu impuro, el cual gritó con fuerza:

34. —¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco, y sé que eres el Santo de Dios.

35. Jesús reprendió a aquel demonio, diciéndole:—¡Cállate y deja a este hombre!Entonces el demonio arrojó al hombre al suelo delante de todos, y salió de él sin hacerle ningún daño.

36. Todos se asustaron, y se decían unos a otros:—¿Qué palabras son éstas? Con toda autoridad y poder este hombre ordena a los espíritus impuros que salgan, ¡y ellos salen!

37. Y se hablaba de Jesús por todos los lugares de la región.

38. Jesús salió de la sinagoga y entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba enferma, con mucha fiebre, y rogaron por ella a Jesús.

39. Jesús se inclinó sobre ella y reprendió a la fiebre, y la fiebre se le quitó. Al momento, ella se levantó y comenzó a atenderlos.

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