22. Pero con la ayuda de Dios sigo firme hasta ahora, hablando de Dios a todos, pequeños y grandes. Nunca les digo nada aparte de lo que los profetas y Moisés dijeron que había de suceder:
23. que el Mesías tenía que morir, pero que después de morir sería el primero en resucitar, y que anunciaría la luz de la salvación tanto a nuestro pueblo como a las otras naciones.»
24. Al decir Pablo estas cosas en su defensa, Festo gritó:—¡Estás loco, Pablo! De tanto estudiar te has vuelto loco.