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Hechos 26:17-32 Dios Habla Hoy (DHH)

17. Te voy a librar de los judíos y también de los no judíos, a los cuales ahora te envío.

18. Te mando a ellos para que les abras los ojos y no caminen más en la oscuridad, sino en la luz; para que no sigan bajo el poder de Satanás, sino que sigan a Dios; y para que crean en mí y reciban así el perdón de los pecados y una herencia en el pueblo santo de Dios.”

19. »Así que, oh rey Agripa, no desobedecí a la visión del cielo,

20. sino que primero anuncié el mensaje a los que estaban en Damasco, luego a los de Jerusalén y de toda la región de Judea, y también a los no judíos, invitándolos a convertirse, y a volverse a Dios, y a hacer obras que demuestren esa conversión.

21. Por este motivo, los judíos me arrestaron en el templo y quisieron matarme.

22. Pero con la ayuda de Dios sigo firme hasta ahora, hablando de Dios a todos, pequeños y grandes. Nunca les digo nada aparte de lo que los profetas y Moisés dijeron que había de suceder:

23. que el Mesías tenía que morir, pero que después de morir sería el primero en resucitar, y que anunciaría la luz de la salvación tanto a nuestro pueblo como a las otras naciones.»

24. Al decir Pablo estas cosas en su defensa, Festo gritó:—¡Estás loco, Pablo! De tanto estudiar te has vuelto loco.

25. Pero Pablo contestó:—No estoy loco, excelentísimo Festo; al contrario, lo que digo es razonable y es la verdad.

26. Ahí está el rey Agripa, que conoce bien estas cosas, y por eso hablo con tanta libertad delante de él; porque estoy seguro de que él también sabe todo esto, ya que no se trata de cosas sucedidas en algún rincón escondido.

27. ¿Cree Su Majestad lo que dijeron los profetas? Yo sé que lo cree.

28. Agripa le contestó:—¿Piensas hacerme cristiano en tan poco tiempo?

29. Pablo dijo:—Que sea en poco tiempo o en mucho, quiera Dios que no solamente Su Majestad, sino también todos los que me están escuchando hoy, lleguen a ser como yo, aunque sin estas cadenas.

30. Entonces se levantó el rey, y también el gobernador, junto con Berenice y todos los que estaban allí sentados,

31. y se fueron aparte a hablar del asunto. Decían entre sí:—Este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte; ni siquiera debe estar en la cárcel.

32. Y Agripa dijo a Festo:—Se podría haber soltado a este hombre, si él mismo no hubiera pedido ser juzgado por el emperador.

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