22. La gente comenzó entonces a gritar: «¡Este que habla no es un hombre, sino un dios!»
23. En el mismo momento, un ángel del Señor hizo que Herodes cayera enfermo, por no haber dado honor a Dios, y murió comido de gusanos.
24. Entre tanto, el mensaje de Dios iba extendiéndose y era anunciado en todas partes.
25. Cuando Bernabé y Saulo terminaron su trabajo en Jerusalén, volvieron llevándose con ellos a Juan, que también se llamaba Marcos.