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Apocalipsis 21:7-22 Dios Habla Hoy (DHH)

7. El que salga vencedor recibirá todo esto como herencia; y yo seré su Dios y él será mi hijo.

8. Pero en cuanto a los cobardes, los incrédulos, los odiosos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que adoran ídolos, y todos los mentirosos, a ellos les tocará ir al lago de azufre ardiente, que es la segunda muerte.»

9. Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete últimas calamidades, y me dijo: «Ven, que te voy a enseñar a la novia, la esposa del Cordero.»

10. Y en la visión que me hizo ver el Espíritu, el ángel me llevó a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que bajaba del cielo, de la presencia de Dios.

11. La ciudad brillaba con el resplandor de Dios; su brillo era como el de una piedra preciosa, como un diamante, transparente como el cristal.

12. Alrededor de la ciudad había una muralla grande y alta, que tenía doce puertas, y en cada puerta había un ángel; en las puertas estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel.

13. Tres puertas daban al este, tres al norte, tres al sur y tres al oeste.

14. La muralla de la ciudad tenía doce piedras por base, en las que estaban escritos los nombres de los doce apóstoles del Cordero.

15. El ángel que hablaba conmigo llevaba una caña de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla.

16. La ciudad era cuadrada; su largo era igual a su ancho. El ángel midió con su caña la ciudad: medía doce mil estadios; su largo, su alto y su ancho eran iguales.

17. Luego midió la muralla: medía ciento cuarenta y cuatro codos, según las medidas humanas que el ángel estaba usando.

18. La muralla estaba hecha de diamante, y la ciudad era de oro puro, como vidrio pulido.

19. Las piedras de la base de la muralla estaban adornadas con toda clase de piedras preciosas: la primera, con diamante; la segunda, con zafiro; la tercera, con ágata; la cuarta, con esmeralda;

20. la quinta, con ónice; la sexta, con rubí; la séptima, con crisólito; la octava, con berilo; la novena, con topacio; la décima, con crisoprasa; la undécima, con jacinto; y la duodécima, con amatista.

21. Las doce puertas eran doce perlas; cada puerta estaba hecha de una sola perla. Y la calle principal de la ciudad era de oro puro, como vidrio transparente.

22. No vi ningún santuario en la ciudad, porque el Señor, el Dios todopoderoso, es su santuario, y también el Cordero.

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