1. Delante de Dios y de Cristo Jesús, que vendrá glorioso como Rey a juzgar a los vivos y a los muertos, te encargo mucho
2. que prediques el mensaje, y que insistas cuando sea oportuno y aun cuando no lo sea. Convence, reprende y anima, enseñando con toda paciencia.
3. Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que sólo les enseñen lo que ellos quieran oír.
4. Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos.
5. Pero tú conserva siempre el buen juicio, soporta los sufrimientos, dedícate a anunciar el evangelio, cumple bien con tu trabajo.
6. Yo ya estoy para ser ofrecido en sacrificio; ya se acerca la hora de mi muerte.
7. He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel.