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Zacarías 11:5-14 Dios Habla Hoy (DHH)

5. Los compradores las matan sin sentirse culpables, y los vendedores dicen: “¡Gracias al Señor, ya soy rico!” Ni siquiera sus propios pastores tienen compasión de ellas.

6. Pues, del mismo modo, tampoco yo volveré a tener compasión de la gente que vive en este país, sino que voy a entregar a cada uno en manos de su prójimo y en manos de su rey. Éstos destruirán el país, y no salvaré de sus manos a nadie. Yo, el Señor, lo afirmo.»

7. Entonces me puse a cuidar las ovejas destinadas al matadero. Lo hice por cuenta de los tratantes. Y me conseguí dos bastones: al uno lo llamé «Bienestar» y al otro «Unión».

8. Y en un solo mes despedí a tres pastores que habían agotado mi paciencia y que me odiaban.

9. Y a las ovejas les dije: «¡No volveré a ser el pastor de ustedes! ¡Si alguna ha de morir, que muera! ¡Si a alguna la matan, que la maten! ¡Y las que queden, que se coman unas a otras!»

10. Tomé entonces mi bastón llamado «Bienestar» y lo rompí en señal de que quedaba anulada la alianza que Dios había hecho con todas las naciones.

11. Aquel día quedó anulada la alianza, y los tratantes de ovejas, que me estaban observando, comprendieron que era el Señor quien hablaba por medio de lo que yo hacía.

12. Les dije entonces: «Si les parece bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo.» Y me pagaron treinta monedas de plata.

13. El Señor me dijo: «Toma esas monedas, el espléndido precio que me han puesto, y échalas en el tesoro del templo.» Yo tomé las treinta monedas y las eché en el tesoro del templo.

14. Rompí después el segundo bastón, el llamado «Unión», y así quedó destruida la hermandad entre Judá e Israel.

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