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Números 22:11-26 Dios Habla Hoy (DHH)

11. que un pueblo ha salido de Egipto, y que se ha extendido por todo el país. Balac quiere que yo vaya en seguida a maldecirlos, para ver si así puede derrotarlos y echarlos fuera de su territorio.

12. Entonces Dios le dijo a Balaam:—No vayas con ellos ni maldigas a ese pueblo, porque a ese pueblo lo he bendecido yo.

13. Al día siguiente Balaam se levantó y les dijo a los jefes que había enviado Balac:—Regresen a su tierra. El Señor no me permite ir con ustedes.

14. Los jefes de Moab regresaron a donde estaba Balac, y le dijeron:—Balaam no quiso venir con nosotros.

15. Pero Balac insistió y volvió a enviar otros jefes, esta vez en mayor número y de más importancia que los primeros.

16. Ellos fueron a ver a Balaam y le dijeron:—Balac, hijo de Sipor, te manda a decir: “Por favor, no te niegues a venir.

17. Yo te daré los más grandes honores, y haré todo lo que me pidas; pero ven y hazme el favor de maldecir a este pueblo.”

18. Pero Balaam les respondió:—Aunque Balac me diera todo el oro y la plata que caben en su palacio, yo no podría hacer nada, ni grande ni pequeño, que fuera contra las órdenes del Señor mi Dios.

19. Sin embargo, quédense ustedes aquí también esta noche, y veré qué me dice esta vez el Señor.

20. Por la noche, Dios se le apareció a Balaam y le dijo:—Si esos hombres han venido por ti, levántate y vete con ellos, pero tendrás que hacer solamente lo que yo te diga.

21. Balaam se levantó al día siguiente, ensilló su asna y se fue con los jefes moabitas.

22. Balaam iba montado en su asna, y lo acompañaban dos criados suyos.Pero Dios se enojó con él porque se había ido, y el ángel del Señor se interpuso en su camino para cerrarle el paso.

23. Cuando el asna vio que el ángel del Señor estaba en medio del camino con una espada en la mano, se apartó del camino y se fue por el campo; pero Balaam la golpeó para hacerla volver al camino.

24. Luego el ángel del Señor se paró en un lugar estrecho, donde el camino pasaba entre viñedos y tenía paredes de piedra a los dos lados.

25. Cuando el asna vio al ángel del Señor, se recostó contra una de las paredes, oprimiéndole la pierna a Balaam. Entonces Balaam le volvió a pegar.

26. Pero el ángel del Señor se adelantó a ellos y se paró en un lugar muy estrecho, donde no podía uno desviarse a ningún lado.

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