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Jueces 4:12-24 Dios Habla Hoy (DHH)

12. Cuando Sísara supo que Barac había subido al monte Tabor,

13. reunió sus novecientos carros de hierro y a todos sus soldados, y marchó con ellos desde Haróset-goím hasta el arroyo de Quisón.

14. Entonces Débora le dijo a Barac:—¡Adelante, que ahora es cuando el Señor va a entregar en tus manos a Sísara! ¡Ya el Señor va al frente de tus soldados!Barac bajó del monte Tabor con sus diez mil soldados,

15. y el Señor sembró el pánico entre los carros y los soldados de Sísara en el momento de enfrentarse con la espada de Barac; hasta el mismo Sísara se bajó de su carro y huyó a pie.

16. Mientras tanto, Barac persiguió a los soldados y los carros hasta Haróset-goím. Aquel día no quedó con vida ni un solo soldado del ejército de Sísara: todos murieron.

17. Como Jabín, el rey de Hasor, estaba en paz con la familia de Héber el quenita, Sísara llegó a pie, en su huida, hasta la tienda de Jael, la esposa de Héber,

18. la cual salió a recibirlo y le dijo:—Por aquí, mi señor, por aquí; no tenga usted miedo.Sísara entró, y Jael lo escondió tapándolo con una manta;

19. entonces Sísara le pidió agua, pues tenía mucha sed. Jael destapó el cuero donde guardaba la leche y le dio de beber; después volvió a taparlo.

20. Sísara le dijo:—Quédate a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te pregunta si hay alguien aquí dentro, dile que no.

21. Pero Sísara estaba tan cansado que se quedó profundamente dormido. Entonces Jael tomó un martillo y una estaca de las que usaban para sujetar la tienda de campaña, y acercándose sin hacer ruido hasta donde estaba Sísara, le clavó la estaca en la sien contra la tierra. Así murió Sísara.

22. Y cuando Barac llegó en busca de Sísara, Jael salió a recibirlo y le dijo:—Ven, que te voy a mostrar al que andas buscando.Barac entró en la tienda y encontró a Sísara tendido en el suelo, ya muerto y con la estaca clavada en la cabeza.

23. Así humilló el Señor aquel día a Jabín, el rey cananeo, delante de los israelitas.

24. Y desde entonces los israelitas trataron a Jabín cada vez con mayor dureza, hasta que lo destruyeron.

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