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Jueces 11:22-35 Dios Habla Hoy (DHH)

22. tomamos toda la tierra de los amorreos, desde el río Arnón hasta el Jaboc y desde el desierto hasta el Jordán.

23. ¿Y ahora quieres tú despojarnos de lo que el Señor les quitó a los amorreos y nos dio a nosotros?

24. Si Quemós, tu dios, te da algo en posesión, tú lo consideras propiedad tuya, ¿no es cierto? Pues también nosotros consideramos nuestro lo que el Señor nos ha dado en propiedad.

25. ¿Acaso te crees mejor que Balac, hijo de Sipor, el rey de Moab? Pues bien, él no vino a pelear contra nosotros.

26. Ya hace trescientos años que vivimos en Hesbón, Aroer y las aldeas vecinas, y en todas las ciudades a orillas del Arnón; ¿por qué no han reclamado ustedes esas tierras en todo este tiempo?

27. Yo no te he hecho ningún mal. Eres tú quien está actuando mal al venir a atacarnos. Pero el Señor es el juez, y él será quien juzgue a israelitas y amonitas.»

28. A pesar de todo, el rey de los amonitas no hizo caso del mensaje de Jefté.

29. Entonces el espíritu del Señor vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés, pasando por Mispá de Galaad, para invadir el territorio de los amonitas.

30. Y Jefté le hizo esta promesa al Señor: «Si me das la victoria sobre los amonitas,

31. yo te ofreceré en holocausto a quien primero salga de mi casa a recibirme cuando yo regrese de la batalla.»

32. Jefté invadió el territorio de los amonitas, y los atacó, y el Señor le dio la victoria.

33. Mató Jefté a muchos enemigos, y conquistó veinte ciudades entre Aroer, Minit y Abel-queramim. De este modo los israelitas dominaron a los amonitas.

34. Cuando Jefté volvió a su casa en Mispá, la única hija que tenía salió a recibirlo bailando y tocando panderetas. Aparte de ella, no tenía otros hijos,

35. así que, al verla, se rasgó la ropa en señal de desesperación y le dijo:—¡Ay, hija mía, qué gran dolor me causas! ¡Y eres tú misma la causa de mi desgracia, pues le he hecho una promesa al Señor, y ahora tengo que cumplírsela!

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