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Josué 8:18-32 Dios Habla Hoy (DHH)

18. Entonces el Señor le dijo a Josué: «Da ya la señal de atacar la ciudad de Ai, que yo te la voy a entregar.»Josué dio la señal, ordenando el ataque.

19. Entonces los que estaban escondidos salieron rápidamente de su escondite, se lanzaron contra la ciudad y la tomaron, prendiéndole fuego en seguida.

20. Cuando los hombres de Ai volvieron atrás la mirada, vieron que el humo de su ciudad subía hasta el cielo. No tenían escape por ningún lado, porque los israelitas que antes huían hacia el desierto, ahora se lanzaban al ataque.

21. En efecto, al ver Josué y todos los israelitas que los que se habían escondido habían tomado ya la ciudad, y que le habían prendido fuego, se volvieron y atacaron a los de Ai.

22. Luego, los que habían tomado la ciudad salieron de ella, de modo que los de Ai quedaron atrapados entre las dos fuerzas israelitas, las cuales atacaron a los de Ai hasta matarlos a todos.

23. Sólo dejaron con vida al rey de Ai, al cual capturaron y llevaron ante Josué.

24. Después de matar a filo de espada a todos los de Ai que habían salido a perseguirlos, los israelitas regresaron a Ai y mataron a los que quedaban.

25. Aquel día murieron los doce mil habitantes de Ai, hombres y mujeres,

26. pues Josué mantuvo la orden de atacar la ciudad hasta que los destruyeron a todos por completo.

27. Los israelitas se quedaron con los animales y las cosas que había en la ciudad, como el Señor le había dicho a Josué,

28. y Josué quemó Ai y la dejó en ruinas para siempre, tal como se ve todavía.

29. Al rey de Ai lo colgó Josué de un árbol hasta el atardecer, y cuando el sol se puso, mandó que lo bajaran y echaran su cadáver a la entrada de la ciudad, y que amontonaran piedras encima de él. El montón de piedras está allí todavía.

30. Entonces Josué construyó en el monte Ebal un altar al Señor, el Dios de Israel,

31. tal como Moisés, el siervo del Señor, se lo había ordenado a los israelitas, y conforme a lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés: «Un altar de piedras sin labrar.» Entonces los israelitas ofrecieron holocaustos sobre el altar, y presentaron sacrificios de reconciliación.

32. Luego, en presencia de los israelitas, Josué grabó en las piedras del altar la ley que Moisés les había dado.

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