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Jeremías 49:1-13 Dios Habla Hoy (DHH)

1. Mensaje del Señor acerca de Amón:«¿Dónde están los hijos de Israel?¿Dónde están sus herederos?¿Por qué el dios Milcom es ahora dueño de Gad?¿Por qué los amonitas habitan en sus ciudades?

2. »Pues bien, yo, el Señor, afirmo:Va a llegar el díaen que haré que la ciudad amonita de Rabáescuche el grito de guerra;se convertirá en un montón de ruinas,y sus poblaciones arderán en llamas.Entonces Israel reconquistará sus ciudades.Yo, el Señor, lo afirmo.

3. »¡Gime, Hesbón, pues Ai ha sido destruida!¡Hagan lamentación, mujeres de Rabá!¡Vístanse de luto, golpéense el pecho!¡Corran como locas, hiéranse el cuerpo!Porque el dios Milcom va al destierro,con sus sacerdotes y gente importante.

4. ¿Por qué te jactas de tu fuerza?Tu fuerza ya se acaba, pueblo rebelde,que confías en las riquezas que has juntadoy dices: “¿Quién me va a atacar?”

5. Pues bien, de todas partesvoy a enviar terror sobre ti.Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.Cada uno de ustedes saldrá corriendo por su lado,y no habrá nadie que los vuelva a reunir.

6. Pero después cambiaré la suerte de los amonitas.Yo, el Señor, lo afirmo.»

7. Mensaje del Señor todopoderoso acerca de Edom:«¿Ya no hay sabiduría en Temán?¿Ya no saben qué hacer los inteligentes?¿Se echó a perder su sabiduría?

8. ¡Habitantes de Dedán, salgan corriendo,vayan a esconderse!Porque voy a destruir el pueblo de Esaú;ha llegado el tiempo en que voy a castigarlo.

9. Cuando se cosechan las uvas,se dejan algunos racimos;cuando por la noche llegan ladrones,sólo se llevan lo que necesitan.

10. Pero yo he dejado al pueblo de Esaú sin nada,he descubierto sus esconditesy ya no puede ocultarse.Sus hijos, sus parientes y vecinos,fueron todos destruidos;no quedó nadie que diga:,

11. “Déjame a tus huérfanos, que yo los cuidaré.Tus viudas pueden contar conmigo.”»

12. El Señor dice: «Si aquellos que no merecían la copa del castigo han tenido que beberla, de ningún modo quedarás tú sin castigo, sino que tendrás que beber también de ella.

13. Yo, el Señor, lo juro por mí mismo: La ciudad de Bosrá quedará convertida en un desierto, en ruinas, en ejemplo de humillación y maldición, y las demás ciudades quedarán en ruinas para siempre.»

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