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Jeremías 38:8-17 Dios Habla Hoy (DHH)

8. Entonces Ébed-mélec salió del palacio real y fue a decirle al rey:

9. —Majestad, lo que esos hombres han hecho con Jeremías es un crimen. Lo han echado en una cisterna, y ahí se está muriendo de hambre, porque ya no hay pan en la ciudad.

10. En seguida el rey ordenó a Ébed-mélec que se llevara con él a treinta hombres para sacar a Jeremías de la cisterna, antes que muriera.

11. Ébed-mélec se llevó a los hombres, fue al depósito de ropa del palacio y tomó de allí unos trapos viejos, se los bajó con sogas a Jeremías en la cisterna,

12. y le dijo:—Ponte esos trapos bajo los brazos, para que las sogas no te lastimen.Jeremías lo hizo así.

13. Entonces los hombres tiraron de las sogas y lo sacaron de allí. Después de esto, Jeremías se quedó en el patio de la guardia.

14. El rey Sedequías mandó que llevaran ante él al profeta Jeremías, a la tercera entrada del templo. Allí el rey le dijo:—Voy a hacerte una pregunta, y quiero que me contestes con toda franqueza.

15. Jeremías le respondió:—Si contesto a la pregunta, Su Majestad me mandará matar; y si le doy algún consejo, no me hará caso.

16. Pero en secreto el rey Sedequías le hizo este juramento a Jeremías:—Te juro por el Señor, que nos dio la vida, que no te mandaré matar ni te entregaré en manos de los que quieren matarte.

17. Jeremías dijo entonces a Sedequías:—El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: “Si te entregas de una vez a los generales del rey de Babilonia, tú y tu familia salvarán la vida, y esta ciudad no será incendiada.

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