7. Les daré entendimiento para que reconozcan que yo soy el Señor, y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque volverán a mí de todo corazón.
8. »En cambio, a Sedequías, rey de Judá, y a los jefes y demás habitantes de Jerusalén que se quedaron en el país, o que se instalaron en Egipto, los trataré como a los higos malos, que de malos no se pueden comer.
9. Haré con ellos algo que causará horror a todas las naciones de la tierra, y que será ejemplo de humillación, desprecio y maldición en todos los países por donde yo los disperse.
10. Les enviaré la guerra, el hambre y la peste, hasta que no quede uno solo en el país que les di a ellos y a sus antepasados.»