Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Génesis 30:22-38-39 Dios Habla Hoy (DHH)

22. Pero Dios se acordó de Raquel; oyó su oración y le permitió tener hijos.

23. Cuando tuvo el primero, dijo: «Dios me ha quitado la vergüenza de no tener hijos.

24. Ojalá me permita tener otro.» Por eso lo llamó José.

25. Después que Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán:—Déjame regresar a mi propia tierra.

26. Dame mis hijos y mis mujeres, pues por ellas he trabajado contigo, y déjame ir. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti.

27. Pero Labán le contestó:—Por favor, quédate conmigo. He sabido por adivinación que el Señor me ha bendecido por medio de ti.

28. Dime cuánto quieres ganar, y te lo pagaré.

29. Entonces Jacob le dijo:—Tú bien sabes cómo he trabajado para ti y cómo he cuidado tus animales;

30. lo poco que tenías antes que yo viniera, ha aumentado enormemente, pues desde que llegué, el Señor te ha bendecido; pero, ¿cuándo voy a comenzar a trabajar para mi propia familia?

31. —¿Cuánto quieres que te pague? —insistió Labán.—No me pagues nada —respondió Jacob—. Volveré a cuidar tus ovejas, si aceptas lo que te voy a proponer:

32. déjame pasar hoy por entre tu rebaño, para apartar todos los corderitos negros y todos los cabritos manchados y moteados. Ellos serán mi salario.

33. Así, cuando más adelante vengas a ver lo que he ganado, tendrás la prueba de mi honradez: pues si en mi rebaño hay cabras que no sean manchadas o moteadas, o corderos que no sean negros, será que te los he robado.

34. —Está bien, acepto lo que propones —dijo Labán.

35. Pero ese mismo día Labán apartó todos los chivos rayados y moteados, y todas las cabras manchadas y moteadas o que tenían algo blanco, y todos los corderos negros, y se los dio a sus hijos para que los cuidaran.

36. Luego se fue con este rebaño del lugar donde estaba Jacob, a una distancia de tres días de camino.Jacob, por su parte, siguió cuidando las otras ovejas de Labán.

37. Cortó ramas verdes de álamo, almendro y castaño, y las peló para que se pudieran ver rayas blancas;

38-39. luego puso las varas, ya peladas, frente a los rebaños, en el lugar donde tomaban agua. Allí era donde los machos se unían con las hembras, y como lo hacían delante de las varas, sus crías nacían rayadas, manchadas y moteadas.

Leer capítulo completo Génesis 30