6. La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió.
7. En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas.
8. El hombre y su mujer escucharon que Dios el Señor andaba por el jardín a la hora en que sopla el viento de la tarde, y corrieron a esconderse de él entre los árboles del jardín.
9. Pero Dios el Señor llamó al hombre y le preguntó:—¿Dónde estás?
10. El hombre contestó:—Escuché que andabas por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí.
11. Entonces Dios le preguntó:—¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? ¿Acaso has comido del fruto del árbol del que te dije que no comieras?
12. El hombre contestó:—La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.
13. Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer:—¿Por qué lo hiciste?Y ella respondió:—La serpiente me engañó, y por eso comí del fruto.
14. Entonces Dios el Señor dijo a la serpiente:—Por esto que has hecho, maldita serás entre todos los demás animales. De hoy en adelante caminarás arrastrándote y comerás tierra.
15. Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón.
16. A la mujer le dijo:—Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz. Pero tu deseo te llevará a tu marido, y él tendrá autoridad sobre ti.
17. Al hombre le dijo:—Como le hiciste caso a tu mujer y comiste del fruto del árbol del que te dije que no comieras, ahora la tierra va a estar bajo maldición por tu culpa; con duro trabajo la harás producir tu alimento durante toda tu vida.
18. La tierra te dará espinos y cardos, y tendrás que comer plantas silvestres.
19. Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues tierra eres y en tierra te convertirás.
20. El hombre llamó Eva a su mujer, pues ella fue la madre de todos los que viven.
21. Dios el Señor hizo ropa de pieles de animales para que el hombre y su mujer se vistieran,
22. y dijo: «Ahora el hombre se ha vuelto como uno de nosotros, pues sabe lo que es bueno y lo que es malo. No vaya a tomar también del fruto del árbol de la vida, y lo coma y viva para siempre.»