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Génesis 26:14-29 Dios Habla Hoy (DHH)

14. Eran tantas sus ovejas y vacas, y tantos sus siervos, que los filisteos le tenían envidia.

15. Cuando su padre Abraham aún vivía, los siervos de Abraham habían abierto pozos; pero después los filisteos los habían tapado y llenado de tierra.

16. Por fin, Abimélec le dijo a Isaac:—Vete de aquí, porque has llegado a ser más rico que nosotros.

17. Isaac se fue y acampó en el valle de Guerar, y allí se quedó a vivir.

18. Volvió a abrir los pozos de agua que habían sido abiertos en vida de su padre, y que los filisteos habían tapado después de su muerte, y les puso los mismos nombres que su padre les había dado.

19. Un día, los siervos de Isaac estaban haciendo un pozo en el valle, y encontraron un manantial.

20. Pero los pastores que cuidaban las ovejas en el valle de Guerar se pelearon con los pastores que cuidaban las ovejas de Isaac, porque decían que esa agua era de ellos. Por eso Isaac llamó a ese pozo «Pelea», pues se habían peleado por él.

21. Después sus siervos abrieron otro pozo, por el que volvieron a pelear, y a ese pozo Isaac lo llamó «Enemistad».

22. Isaac se fue lejos de allí, y abrió otro pozo. Como ya no pelearon por él, lo llamó «Libertad», pues dijo: «Ahora el Señor nos ha dejado en libertad de progresar en este lugar.»

23. De allí Isaac se fue a Beerseba.

24. Esa noche el Señor se le apareció y le dijo:«Yo soy el Dios de tu padre Abraham.No tengas miedo; yo estoy contigo.Por causa de mi siervo Abrahamte bendeciré y aumentaré mucho tu descendencia.»

25. Entonces Isaac construyó un altar allí, e invocó el nombre del Señor. Acampó en aquel lugar, y sus siervos abrieron un pozo.

26. Un día, Abimélec vino desde Guerar para hablar con Isaac. Lo acompañaban su amigo Ahuzat, y Ficol, que era el capitán de su ejército.

27. Isaac les dijo:—Si ustedes no me quieren, y hasta me echaron de su tierra, ¿para qué vienen a verme?

28. Ellos le contestaron:—Hemos visto que el Señor está contigo, y hemos pensado proponerte que hagamos un pacto. El pacto será éste:

29. que tú no nos harás ningún mal, pues nosotros no te hemos molestado. Al contrario, siempre te hemos tratado bien y te despedimos en forma amistosa, y ahora el Señor te está bendiciendo.

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