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Génesis 24:15-34 Dios Habla Hoy (DHH)

15. Todavía no había terminado de orar, cuando vio que una muchacha venía con su cántaro al hombro. Era Rebeca, la hija de Betuel. Betuel era hijo de Milcá y de Nahor, el hermano de Abraham.

16. Rebeca era muy hermosa, y además virgen; ningún hombre la había tocado. Bajó al pozo, llenó su cántaro, y ya regresaba

17. cuando el siervo corrió a alcanzarla y le dijo:—Por favor, déjeme usted beber un poco de agua de su cántaro.

18. —Beba usted, señor —contestó ella.Y en seguida bajó su cántaro, lo sostuvo entre las manos y le dio de beber.

19. Cuando el siervo terminó de beber, Rebeca le dijo:—También voy a sacar agua para sus camellos, para que beban toda la que quieran.

20. Rápidamente vació su cántaro en el bebedero y corrió varias veces al pozo, hasta que sacó agua para todos los camellos.

21. Mientras tanto el siervo la miraba sin decir nada, pues quería estar seguro de que el Señor había hecho que le fuera bien en su viaje.

22. Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba como seis gramos, y se lo puso a ella en la nariz. También le dio dos brazaletes de oro que pesaban más de cien gramos,

23. y le dijo:—Dígame por favor de quién es usted hija, y si hay lugar en la casa de su padre donde mis hombres y yo podamos pasar la noche.

24. Y ella contestó:—Soy hija de Betuel, el hijo de Milcá y de Nahor.

25. En nuestra casa hay lugar para que usted pase la noche, y también suficiente paja y comida para los camellos.

26. Entonces el siervo se arrodilló y adoró al Señor,

27. diciendo: «¡Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, pues ha sido fiel y bondadoso con mi amo, y me ha dirigido en el camino a la casa de sus parientes!»

28. Rebeca fue corriendo a la casa de su madre, a contar todo lo que le había pasado.

29. Tenía ella un hermano llamado Labán, el cual corrió al pozo a buscar al hombre,

30. pues había visto el anillo y los brazaletes que su hermana llevaba en los brazos, y le había oído contar lo que el hombre le había dicho. Labán se acercó al siervo de Abraham, que todavía estaba con los camellos junto al pozo,

31. y le dijo:—Venga usted, bendito del Señor. ¡Cómo va usted a quedarse aquí afuera, si ya he preparado la casa y un lugar para los camellos!

32. Entonces el siervo fue a la casa. Allí Labán descargó los camellos y les dio de comer, y luego trajo agua para que el siervo y sus compañeros se lavaran los pies.

33. Cuando le sirvieron de comer, el siervo de Abraham dijo:—Yo no podría comer antes de haber dicho lo que tengo que decir.—Hable usted —dijo Labán.

34. El siervo dijo:—Yo soy siervo de Abraham.

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