1. El Señor se dirigió a mí, y me dijo:
2. «¿Por qué en Israel no deja de repetirse aquel refrán que dice: “Los padres comen uvas agrias y a los hijos se les destemplan los dientes”?
3. Yo, el Señor, juro por mi vida que nunca volverán ustedes a repetir este refrán en Israel.